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Cómo se hace el auténtico allioli solo con ajo y aceite (Sin huevo ni yemas)

No seré yo quien sustraiga halagos a la gastronomía catalana. Muy al contrario, mi cocina está cuajada de platos catalanes que elaboro con cariño y cierta nostalgia. Ahora bien, de ahí a decir que el allioli (o ajoaceite) es de origen no ya de la antigua Corona de Aragón, si no en concreto de Cataluña va un trecho y muy largo. Primero porque no hay prueba histórica alguna que lo demuestre. Segundo porque el uso y mezcla de elementos tan humildes de la cocina como el aceite y los ajos, forma parte de casi todas las cocinas de nuestro país y de todas las del Mediterráneo. Que se lo digan a los valencianos que llevan toda la vida acompañando su paella con el exquisito allioli.

Lubina a la sal con patatas "a lo pobre". Rico, rico!!

Me encanta el pescado!! Mucho más que la carne... pero sobretodo me gusta el pescado con elaboraciones sencillas, hervido simplemente con un poquito de mahonesa o frito en un aromático aceite virgen de oliva extra envuelto en una fina capa de harina...ummm me encanta!!
Los pescados a la sal conservan todo su sabor y su jugo. Son sencillos de preparar y el tiempo que se utiliza en hacerlo no es mucho.

Hoy me apetecía acompañar estas dos lubinas con patatas a lo pobre y una pizca de alioli. He vivido muchos años en Málaga y allí hay costumbre de que en muchos restaurantes te sirvan el alioli cuando se toma esta preparación. Pienso que esta salsa, si no se abusa de la cantidad, combina a la perfección.

Conviene que cuando nos preparan las lubinas en la pescadería pidamos al dependiente que nos la limpie para esta preparación. Así no abrirá del todo el pescado y extraerá la tripa por la parte inferior de la cabeza practicándole un pequeño corte en esa zona. De esta manera la sal no penetrará dentro del pescado.

De todos modos si se os olvida hacerlo y os ponen el pescado abierto de la manera habitual tampoco hay mucho problema. Tened la precaución de, al colocar el pescado sobre la sal, cerrar bien la tripa para que no entre la sal y asunto arreglado.
Como en esta ocasión las voy a acompañar de patatas a lo pobre comienzo esta preparación un ratito antes que el pescado porque el pescado, una vez caliente el horno no tarda demasiado. Así cuando tengo llevan un rato todos los ingredientes de las patatas a lo pobre en la sartén precaliento el horno y a continuación horneo las lubinas.
No voy a explicar aquí la preparación de las patatas a lo pobre. Si queréis ver la receta completa pinchad en el vínculo.

Igualmente colgué en su día una entrada explicando cómo se hace el allioli si os decidís a acompañar estas lubinas con esta salsa, ya sabéis, podéis consultar la receta aquí también. Se trata de mahonesa casera pero la única diferencia es que en esta ocasión agregaremos a los ingredientes un diente de ajo y así aromatizaremos esta salsa.

La preparación de las lubinas (o doradas u otro pescado..) no tiene ciencia alguna. 
1.- Precalentaremos el horno a unos 220º (calor por arriba y por abajo).
2.- Tomaremos una bandeja de dimensiones suficientes para que las lubinas quepan de forma holgada en ella teniendo en cuenta que irán cubiertas con mucha sal y por tanto necesitarán más espacio del que ocupan ellas solas. 
Pondremos en el fondo de la bandeja una buena capa de sal. Gordita, de unos dos centímetros de alta. Ello impedirá que el pescado toque el fondo de la bandeja llegando a pegarse a él o incluso quemarse. Echaremos un poco de agua sobre esta sal. Con dos o tres veces que nos mojemos las dos manos bajo el grifo y salpiquemos con ellas la sal, será suficiente. Mezclamos un poco para humedecer un poquito la sal por igual y nos cercioramos de que no quede hueco alguno en este lecho por el que se puedan escapar los líquidos de la cocción.
3.- Sobre este lecho de sal colocaremos las lubinas teniendo cuidado de que no toque la una con la otra para facilitar la limpieza del pescado cuando esté hecho. Si las ponemos pegadas será muy fácil que al meter los instrumentos de cocina con los que estemos sacando la carne del pescado las rompamos.

4.- Cubriremos la parte superior de las lubinas con otra capa de sal también de buen grosor. Aplastaremos bien con las manos para que la sal se adhiera perfectamente al pescado. Haremos igual que en la capa inferior: evitar cualquier hueco en la sal que permita la evaporación del jugo del pescado que es el que permitirá su cocción.

5.- Meteremos la bandeja en el horno precalentado a 220ª y hornearemos unos 40/50 minutos. El tiempo dependerá de dos factores: del funcionamiento de vuestro horno y del tamaño de las lubinas. Si hacemos una lubina muy grande será preciso agregar algo más de tiempo, claro. Yo he tenido estas 45 minutos y han salido en su punto, con la carne hecha pero jugosa, nada reseca.

Cuando saquemos la bandeja del horno observaremos que la sal se ha compactado totalmente formando una costra muy dura. Tan dura que os va a costar romperla.

Ahora sacaremos las lubinas de esta sal. Poned la bandeja en un lugar dónde trabajéis amplios y cómodos. Cuántas menos cosas tengamos alrededor del espacio de trabajo, mejor!!
El pescado se enfría con gran facilidad así que deberemos trabajar un poquito ligero para emplatar lo más pronto posible y poder comer el pescado calentito, para ello lo mejor será tener a mano todo lo que vayamos a precisar.
Vamos a precisar una manopla para agarrar firmemente la bandeja. Cuidado con no quemaros!! En este momento tanto la sal como la bandeja están que arden!! Necesitaremos también un cuchillo de punta redondeada que sea fuerte y nos valga para golpear con él la capa de sal y para ir levantándola. Una espátula nos vendrá muy bien tenerla a mano porque nos ayudará a ir retirando los lomos del pescado.

Cómo sabemos que las lubinas están en su punto? Si la carne está blanca, jugosa, sin sangre ni zonas crudas; si la espina se despega de la carne limpiamente y entera, sin ejercer demasiada presión...si la carne se desprende con facilidad de la piel...está en su punto!!

Estas lubinas a la sal acompañadas de patatas a lo pobre. estarán deliciosa!! 
Preparad un poquito de alioli y servirlo en una salsera aparte para que cada comensal se sirva un poquito si lo desea. Probadlo!! En Málaga, como comentaba arriba, sirven en muchos restaurantes el pescado a la sal así y está delicioso!!



Receta de brandada de bacalao (de "Las mejores recetas de mi madre" de Joan Roca)

Nos vamos a ceñir hoy a la receta que de la brandada de bacalao contiene el libro del chef Joan Roca  de El Celler de Can Roca, "Las mejores recetas de mi madre" que es una selección de recetas de la cocina tradicional catalana que su madre (Dª Montserrat Fontané) ofrece en el restaurante Can Roca de Gerona. 

Otro clásico: la mayonesa casera. Elaboración paso a paso.

He dudado mucho en poner este post porque me parecía que algo tan sencillo y básico podría formar parte de cualquier otra entrada que llevara esta salsa pero de otra parte he pensado que hay mucha gente que comenta que tiene cierta prevención a montar esta salsa  porque con cierta frecuencia "se le corta", la monten a mano o la monten con ayuda de una batidora. Así que este post es para la gente que tiene ese problema. Estoy segura que con cuatro explicaciones no volverán a tener miedo de que se les corte.
Hoy vamos a elaborar una mayonesa montada con batidora. .Dedicaremos otro post a la elaboración de una mayonesa (o mahonesa) montada a mano. Como todos sabemos la mayonesa es una emulsión en frío de aceite y huevo. Esta emulsión se adereza con sal y zumo de limón o vinagre. Y a esta salsa base de mayonesa pueden agregarse muchos otros ingredientes que la convertirán en otras salsas muy utilizadas en cocina como la salsa tártara, la salsa rosa, alioli, etc.
En verano, por el problema de la salmonella, tenemos que tener especial cuidado a la hora de consumir la mayonesa. Otra opción es elaborar una salsa que no lleve huevo crudo con lo que habremos eliminado el problema. Si te interesa ver cómo elaboro una mayonesa "de verano" sin peligro de salmonella (Que no es lactonesa y no lleva huevo), pincha en el enlace.

INGREDIENTES:

  • Aceite de oliva de sabor suave (0,4º)
  • Aceite de girasol
  • Huevo
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Zumo de limón o vinagre

ELABORACIÓN:
  1. Ponemos en el vaso la sal, la pimienta negra (si decidimos utilizarla) el zumo de limón o el vinagre según nos guste el aroma del uno o del otro y el huevo entero. Si usáis limón no lo exprimáis directamente sobre el vaso, usad un pequeño colador para que las pepitas no caigan al vaso.
  2. Metemos el brazo de la batidora hasta el fondo del vaso en el que estamos elaborando la salsa, con cuidado de no romper la yema. y echamos un chorro de aceite. No todo. El suficiente para cubrir la parte abombada del brazo pero que no llegue a la varilla.
  3. Con una velocidad más bien baja y manteniendo el brazo de la batidora inmóvil mantendremos la velocidad durante unos momentos, hasta que veamos que la emulsión comienza a producirse. De los huecos del cabezal comenzará a salir parte del aceite emulsionado ya con el huevo y veremos cada vez menos aceite sin emulsionar.
  4. A partir de este momento podremos ir agregando más aceite poco a poco hasta lograr la cantidad que precisemos de mayonesa. Subiremos un poco la velocidad y comenzaremos a mover el brazo de la batidora hacia arriba y hacia abajo para ir emulsionando todo el aceite.
  5. La textura de la mayonesa dependerá de la elaboración en la que la vamos a utilizar. Yo necesitaba hacer hoy una ensaladilla rusa así que precisaba una mayonesa muy, muy espesa, que no me licuara la ensalada que de por sí lleva elementos húmedos. Por eso veréis que la mayonesa que aparece en estas imágenes es muy sólida. De haberla precisado por ejemplo para acompañar un pescado o unas verduras tendríamos que dejar de batir cuando adquiera la consistencia deseada. 
A TENER EN CUENTA cuando hagamos mayonesa:
  • Es preferible elaborar esta salsa en un recipiente estrecho y alto, del tipo de vaso que suele acompañar a las batidoras de mano cuando las compramos.
  • Es aconsejable que todos los ingredientes que la componen tengan la misma temperatura. Por eso hay que sacar el huevo del frigorífico un rato antes de confeccionarla para que se atempere y no esté más frío que el aceite que vamos a utilizar.
  • Ponemos la sal al principio, no una vez elaborada, para que pueda disolverse. 
  • No hay cosa más desagradable que encontrarse un trozo de pepita de limón al tomar la mayonesa, así que, como digo arriba: el zumo de limón siempre a través de un colador de malla fina para impedir que pulpa y semillas caigan a la preparación.
  • También se pone al inicio el vinagre o zumo de limón. De esta forma no se licuará la textura que tengamos una vez montada la mayonesa. Puede añadírsele el ácido cuando ya está ligada pero hacerlo así provocará siempre que la textura se haga más líquida y luego, volver a espesarla si la precisamos con más cuerpo, no siempre es fácil. De ahí que yo se lo añada siempre desde el principio.
  • La velocidad con la que comencemos a batir siempre tiene que ser suave, jamás comencéis a emulsionar con la velocidad máxima. Luego sí, luego podemos subirla pero iniciemos siempre con velocidad baja. En mi batidora la velocidad está graduada del 1 al 15, suelo utilizar el 4 para comenzar. Cuando le agrego la siguiente cantidad de aceite subo al 7/8.
  • El aceite que utilicemos en su elaboración dependerá fundamentalmente de nuestro gusto personal pero en general se busca una mayonesa de sabor suave, que no "tape" el sabor del ingrediente al que acompaña, por eso no suele utilizarse aceite de oliva virgen extra. Tiene un sabor demasiado fuerte que predominará en exceso. Yo suelo utilizar una mezcla de aceite de oliva de sabor suave, uno de acidez 0,4  por ejemplo mezclado con aceite de girasol (mayor proporción de éste último)
  • Y si a pesar de todo se nos corta la mayonesa? Pues os diré que es fundamental estar muy atentos en todo momento al proceso de emulsión, el espesor tiene que ir a más...si de repente vemos que en lugar de espesar comienza a licuar, está claro, hay peligro de que se corte. No añadáis más aceite de momento, seguid batiendo unos segundos. Muchas veces se corrige ella sola pero si no es así, si después de unos segundos vemos que no mejora el espesor, añadid una cucharada colmada de agua caliente (no hirviendo) y seguid batiendo. Generalmente el problema se arregla. Eso sí, no voy a prometeros que este agua sea la solución si habéis seguido añadiendo aceite a pesar de ver que está ya totalmente líquida. Por eso digo que hay que estar muy atentos y poner remedio en cuanto veamos que el problema comienza.
Espero haber ayudado a aquellos a los que se le cortaba la mayonesa.
María.
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Cómo hacer una dorada a la sal

Vamos a cocinar hoy una dorada a la sal en el horno. No conozco plato más fácil de elaborar que éste. Fácil, rápido, de precio razonable (si no se trata de una dorada salvaje, claro), sano y sabrosísimo. No se puede pedir más!! A que no?
Si no habéis probado este sistema de cocción en su propio jugo, hacedlo ya!! No os defraudará el resultado. El pescado queda jugoso, en su punto de sal a pesar de la cantidad ingente que de ella se utiliza, tierno...en fin, una delicia para el paladar.
Yo suelo acompañar la dorada o con alioli o con patatas a lo pobre. Esta vez toca la segunda guarnición cuya explicación os pondré en otra entrada. Ya veréis lo fácil que resulta preparar estas patatitas tan sabrosas!! Mientras tenemos la dorada en el horno se nos van haciendo las patatas en la sartén.
Lo habitual es preparar para dos una dorada de mayor tamaño que la que yo voy a cocinar o un par de unos 400/450 gramos. Tenía dos doradas de unos 750 gramos cada una. Pero como llevo unos días bastante pachucha no me apetecía comer mucho hoy así que he decido reservar una de las doradas para elaborarla en otro momento. Aunque ya digo, esta cantidad resulta algo escaso para dos raciones de tamaño normal.
No suelo congelar pescado porque así como la carne reconozco que no tengo tan afinado el paladar como para distinguirla. No me pasa con el pescado igual. De una merluza fresca a una descongelada va un mundo. En textura, en suavidad, en sabor... En cambio, la dorada creo que es un pescado que congela muy, muy bien. Así que, ya digo, reservaré la segunda en el congelador para otro momento.

INGREDIENTES (Para dos raciones)
  • 1 dorada de 800/850 gramos o dos de 400 gramos
  • 2 kg de sal muy gruesa
  • Una pizca de agua
ELABORACIÓN:
Comencemos hablando de "la invitada" ;)  El estado del pescado cuando lo compramos es de absoluta importancia. No únicamente para el paladar, sobretodo para la salud. Os pongo a continuación un enlace de Eroski Consumer en la que se explica de modo muy pedagógico una serie de "pistas" que nos darán idea del nivel de frescura que tiene el pescado que vamos a adquirir.
No hace falta decir que las condiciones del pescado cuando lo adquirimos debe ser las idóneas: La piel brillante con colores vivos; las escamas relucientes; la carne debe ser firme y resistente a la presión (si presionamos con un dedo sobre ella y cede...es un claro síntoma de que ese pescado no es fresco); el interior de las agallas tendrán que presentar un color rojo intenso; los ojos serán brillantes, llenos y saltones y por supuesto...olor agradable, jamás a amoníaco!!
Podría prepararse limpia en la pescadería del modo habitual, abriéndola y eliminado las vísceras, pero yo prefiero decirle al pescadero que me la prepare para hacer a la sal. Saca las vísceras por la boca y no abre el abdomen, así la dorada guardará todos sus jugos en la cocción.
Una vez ya en casa lavar el pescado bajo el chorro del grifo con agua fría para enjuagarla un poco y ya tendremos a nuestra dorada lista para elaborarla.
Y ahora sí, manos a la obra!!
  1. Precalentaremos el horno a 220º (calor por arriba y por abajo).
  2. Tomaremos una bandeja de dimensiones suficientes para que la o las doradas quepan de forma holgada en ella teniendo en cuenta que irán cubiertas con mucha sal y por tanto necesitarán más espacio del que ocupan ellas solas. Pondremos en el fondo de la bandeja una buena capa de sal. Gordita, de unos dos centímetros de alta. Ello impedirá que el pescado toque el fondo de la bandeja llegando a pegarse a él o incluso quemarse. Echaremos un poco de agua sobre esta sal. Con dos o tres veces que nos mojemos las dos manos bajo el grifo y salpiquemos con ellas la sal, será suficiente. Mezclamos un poco para humedecer un poquito la sal por igual y nos cercioramos de que no quede hueco alguno en este lecho por el que se puedan escapar los líquidos de la cocción.
  3. Pondremos la o las doradas sobre este lecho generoso de sal gruesa humedecida. 
  4. Cubriremos la parte superior de la dorada con otra capa de sal también de buen grosor. Aplastaremos bien con las manos para que la sal se adhiera perfectamente al pescado. Haremos igual que en la capa inferior: evitar cualquier hueco en la sal que permita la evaporación del jugo del pescado que es el que permitirá su cocción.
  5. Meteremos la bandeja en el horno precalentado a 220ª y hornearemos unos 40 minutos. El tiempo dependerá de dos factores: del funcionamiento de vuestro horno y del tamaño de las doradas. Si hacemos una dorada muy grande será preciso agregar algo más de tiempo, claro. Yo he tenido esta 40 minutos y ha salido en su punto, con la carne hecha pero jugosa, nada reseca.
Cuando saquemos la bandeja del horno observaremos que la sal se ha compactado totalmente formando una costra muy dura. Tan dura que os va a costar romperla.
Ahora sacaremos la dorada de esta sal. Poned la bandeja en un lugar dónde trabajéis amplios y cómodos. Cuántas menos cosas tengamos alrededor del espacio de trabajo, mejor!!
El pescado se enfría con gran facilidad así que deberemos trabajar un poquito ligero para emplatar lo más pronto posible y poder comer el pescado calentito, para ello lo mejor será tener a mano todo lo que vayamos a precisar.

Vamos a precisar una manopla para agarrar firmemente la bandeja. Cuidado con no quemaros!! En este momento tanto la sal como la bandeja están que arden!! Necesitaremos también un cuchillo de punta redondeada que sea fuerte y nos valga para golpear con él la capa de sal y para ir levantándola. Una espátula nos vendrá muy bien tenerla a mano porque nos ayudará a ir retirando los lomos del pescado.
Cómo sabemos si está en su punto? Si la carne está blanca, jugosa, sin sangre ni zonas crudas; si la espina se despega sin ejercer demasiada presión...si la carne se desprende con facilidad de la piel...está en su punto!!
Acompañado de patatas a lo pobre. estará deliciosa!! Pinchad en el vínculo para saber como se elaboran si no las habéis preparado nunca. Os gustarán, seguro!!
Eso es todo!!! No tiene misterio. Verdad?  Buen provecho.

Alcachofas confitadas en aceite de oliva

Asociamos erróneamente el confitado al mundo de la repostería. Sin embargo el confitado no es más que una técnica de cocina mediante la que se cuece muy lentamente y a baja temperatura un alimento y que además nos sirve para conservarlos durante bastante tiempo en el líquido de cocción (grasa o azúcar). ¿En qué consiste confitar un alimento?